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martes, 13 de junio de 2017

La ficción se ha vuelto loca


Voy por el capítulo 5 de la nueva temporada de "House of cards", la serie protagonizada por Kevin Spacey y Robin Wright sobre un político demócrata y su mujer y su ascensión hasta la presidencia de Estados Unidos, un matrimonio perverso capaz de cualquier cosa, incluido el asesinato, con tal de permanecer en el poder. Hasta esta temporada, el viaje a las cloacas de la alta política del país más poderoso del mundo tenía una solidez, de guión, dirección e interpretación, una mezcla de talentos capaz de llevarme por donde les daba la gana. Por muy tremenda que fuera la realidad que mostraba, me resultaba creíble. Parece que la llegada de Trump a la política ha llevado a los guionistas a la locura, a ir un paso más allá y las nuevas peripecias de los Underwood, y su todo vale para continuar en la cúspide, han adquirido una dimensión que tiene algo de caricaturesco, de exageración de una historia que ya estaba al límite de lo verosímil. Un caso parecido al ocurrido en "Homeland", otra serie que habla de los infiernos que se esconden en la política norteamericana y que en la actualidad está protagonizada por auténticos chiflados. Da la sensación de que la irrupción de Trump y sus políticas macabras han desconcertado a los creadores de historias, superados por una realidad que pocos habían imaginado. Esperemos que, ya que en el mundo es imposible, vuelva la cordura a la ficción.

"Vaya pérdida de talento. Él eligió el dinero en lugar de poder, un error que en este mundo casi todos cometen. Dinero es la gran mansión en Sarasota que empieza a caerse a pedazos después de 10 años. Poder es el viejo edificio de roca que resiste durante siglos". Fran Underwood

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