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jueves, 12 de octubre de 2017

El discurso


Ayer en el Congreso, Mariano Rajoy no titubeo en ningún momento, ni nos divirtió con alguno de sus trabalenguas habituales. El discurso de ayer lo aprendió cuando era un chiquillo en su Pontevedra natal y los discursos a favor de la unidad de España son como andar en bicicleta, que nunca se olvidan. Eso sí, ha tenido que añadir alguna morcilla, actualizar  palabras rancias, leyes fundamentales del Movimiento Nacional, por otros términos más modernos, como Estado de Derecho y Constitución. Pero no nos engañemos, en el fondo es el mismo discurso de siempre, el de una unidad de destino en lo universal. Lo sé porque yo, como Mariano, estudié Formación del Espíritu Nacional. Por cierto, qué orgulloso estaría Morroputa, así llamábamos al profesor que nos daba la asignatura de FEN, del discurso de ayer de Albert Rivera. La España eterna tiene futuro. ¡El espíritu de Morroputa vive!

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