Virginia y Pablo

Ayer fui a ver "Loving Pablo" a los Multis de Bilbao. En la sala, una docena de señoras entradas en años y yo, un señor mayor. Y les gustó y es que en estos cines de tamaño mini te enteras de todo y al acabar la proyección mis acompañantes comentaron entre ellas lo que les había parecido la película. Lo dijeron en un tono de voz más bajo que los comentarios que hicieron durante la proyección, supongo que intimidadas por la luz de la sala. Se lo habían pasado bien con las andanzas de Pablo Escobar y su novia, la periodista colombiana Virginia Vallejo, autora del libro "Amando a Pablo, odiando a Escobar", en el que se ha basado Fernando León de Aranoa, guionista y director de "Loving Pablo". A mi también me gustó más de lo que esperaba, por lo que había leído me temía lo peor, aunque hubiera disfrutado más si el antagonista de Escobar, un policía de la DEA, hubiera tenido bastante más enjundia y protagonismo. También eché en falta más desparrame, más locura y menos contención, en una película que pide a gritos dejarse llevar por la enajenación de su protagonista, un impecable Javier Bardem, ensombrecido en parte por un exceso de caracterización. Un actor con su talento no necesita disfrazarse de su personaje para transmitir verdad. Penélope Cruz interpreta con profesionalidad a una Virginia Vallejo excesivamente uniforme, un personaje controvertido que pide más complejidad, parece una pija caprichosa y con pocas luces, y conocer los motivos reales que la empujaron a convivir con normalidad junto al mal.

"Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien". Víctor Hugo