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lunes, 17 de septiembre de 2018

¡Es la guerra!


Me pasé en agosto dos semanas en Cataluña y no me percaté de la guerra de los lazos. Fue volver a Bilbao, encender la televisión, y enterarme de que en aquellas tierras estaban al borde del enfrentamiento civil. Igual era verdad y conmigo disimularon o puede ser que nunca llegué a mi destino. ¿En Aragón hay mar? Algo falla. Donde sí noté agresividad fue en toda la información referente a Barcelona. Tanto en La Vanguardia como en El Periódico destacaban todos los días noticias negativas, casi apocalípticas, de una ciudad al borde de la anarquía. Algunas de las informaciones eran puro delirio. Junto con la agresividad de los manteros, por una única pelea, o el incivismo de los turista en la Barceloneta, un clásico del verano barcelonés, se colaban noticias en primera página que parecían de El  Mundo Today: el enfado de los vecinos del Poble Nou porque el ayuntamiento había retirado un ninot situado en la puerta de una horchatería, "El Tío Ché es intocable", ocupó portadas y varias páginas en el interior o la que para mí es la noticia top en cuanto a la degradación que vive Barcelona: "Aglomeración de chicles en el asfalto". Que no te engañen, lo que todos quieren es pillar la alcaldía de Barcelona. ¡Más madera, es la guerra!

“La calle más alegre del mundo, la calle donde viven juntas a la vez las cuatro estaciones del año, la única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre: Rambla de Barcelona”. Federico García Lorca

1 comentario:

  1. Igual es que a Puigdemont y a Torra no les daban suficiente love de niños y ahora se están vengando....

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