Los jóvenes

El sábado estuve en el Guggenehim con El Crítico Larrauri y su santa en el estreno del documental "160 metros: Una historia del rock en Bizkaia", una película que han codirigido Joseba Gorordo y Álvaro Fierro. La película está bien, sobre todo si has sido joven en la época en la que transcurre la historia, los 80. 160 metros es la distancia que hay entre Portugalete y Getxo, o lo que es lo mismo, entre el Rock Radikal de Eskorbuto y Zarama y el Getxo Sound de Los Clavos y Electrobikinis. Después del cine nos fuimos a cenar al Atea, donde se nos unió Irune. Pues bien, la película removió algo en el interior de El Crítico Larrauri y sacó a relucir su espíritu más combativo. Pues sí, nos dio la cena. Parecía La Pasionaria pero con bigote. El también conocido como El Tabernero Txente reivindicaba aquellos años de lucha política y asociacionismo y despotricaba de los jóvenes actuales, individualistas y paralizados por las nuevas tecnologías. El mundo se va al garete y los jóvenes están en la inopia, repetía. Como ejemplo de esa parálisis permanente que viven las nuevas generaciones puso un ejemplo: lleva a su hijo a la Escuela de Música de Bilbao y suele fijarse en los avisos que aparecen en el tablón de anuncios y le llama la atención que en una escuela de música no vea ninguna petición de gente para formar un grupo de música. Sí, amigos, El Crítico Larrauri piensa que los jóvenes se comunican todavía mediante el tablón de anuncios. Que no se entere Mark Zuckerberg...