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martes, 22 de septiembre de 2009

Anécdota festivalera


Anécdota festivalera. Desde hace 10 años, más o menos, todos los martes del festival ceno con unos amigos, uno es un distribuidor y los otros tres son de una productora. En esta ocasión adelantamos la cita a ayer. Al terminar la cena nos dirigimos al Dickens, un bar que alardea de preparar los mejores gin tonics del mundo. Por esta gracieta te cobran 13 euros por copa. En Bilbao, en el bar Jaime,en la Gran Vía, te ponen por 6 euros un gin tonic infinitamente más rico. Retomo mi historia. Después del Dickens fuimos a la Kabutzia, una especie de discoteca situada junto a la playa de la Concha. Allí se encontraba un conocido director de cine europeo, uno de esos que gana premios en los festivales. Se da la coincidencia de que la productora de mis amigos había hecho llegar al agente del director un guión de una película que quieren que dirija. Como llevaban unas cuantas copas, se acercaron a él y le contaron la movida, todo el tema del guión, el agente y demás. Cuando acabaron de presentarse, las primeras palabras del director fueron: "¿sabéis dónde conseguir droga?". Pues eso, una anécdota. Por lo que respecta a las películas, decepción. La de Jim Jarmusch no tiene nombre. Se ha pasado unas vacaciones en Madrid, Sevilla y el Cabo de Gata y en el tiempo que le quedaba libre ha hecho una película absurda, con una historia aún más absurda y unos personajes ridículos, interpretados por reputados actores y actrices incapaces de salvar lo insalvable. La francesa a concurso es un delirio sobre una adolescente enamorada de Dios. Sin palabras. Dentro de una hora voy al Kursal a ver una de Robert Duvall. No creo que me falle.

Un libro: "Historia elemental de las drogas", de Antonio Escohotado
Una película: "Drugstore cowboy", de Gus Van Sant
Una canción: "Cocaine", de J. J. Cale

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