Cuándo notifiqué mi cambio de residencia a mis amigos, Clyde me escribió “no huyas de Basauri”. ¡Cuánta razón! Es una huida en toda regla. Trabajar en el pueblo en el que vivo, a 200 metros de donde nací y en el que he pasado toda mi vida, se había convertido en el día de la marmota. Había menos tensión en mi día a día que en una película de Antonioni. Y lo digo yo, que soy un amante de la rutina, del sofá, de disfrutar “de no hacer nada”. Por ello, aunque el cambio es mínimo, para mi es brutal, como empezar una nueva vida. Me muevo en busca de tranquilidad, no de nuevas experiencias.
Os dejo con un artículo publicado en el último Babelia, escrito por Javier Goma Lanzón y titulado “Tú espera sentado”.
Si buscas tranquilidad, cambia de trabajo
ResponderEliminar