El año que viene

Los que me conocéis sabéis de sobra mi propensión al absurdo, a la repetición de palabras y a la reivindicación de un tipo de humor que solo me hace gracia a mi y a mi núcleo más cercano. Entre estos últimos se encuentra Adolfo, conocido por todos vosotros, un publicista, mago y actor ocasional que ha conseguido trascender a todo ello y convertirse en un personaje en si mismo. Por motivos que no os interesan, Adolfo y yo tenemos relación con varias personas pertenecientes al mundo del cine, un grupo heterogéneo que va desde productores a distribuidores, pasando por exhibidores y acomodadores. Pues bien, desde hace unos años, cuando coincidimos con ellos, sobre todo alrededor de mesa y mantel, nos gusta repetir: "Y éstos, ¿de qué van a vivir el año que viene?". Ya sé que no tiene ni puta gracia reírse de los males ajenos, pero ya os he adelantado que practico un humor que solo me hace gracia a mi y a mis colegas. Lo que quiero deciros es que ya ha llegado el año que viene y el momento de aparcar el chiste, por anticuado, y una vez arrasada la industria del cine, empezar a pensar en nuevos destinatarios para nuestras puyas. No hay tregua.