Leo unas declaraciones de David Trueba sobre la difícil situación que atraviesa la industria del cine en España y, al final, afirma que todo se reduce a decidir qué clase de país queremos. Lo que yo creo es que a Trueba le gustaría ser francés y ha tenido la mala suerte de nacer en Chamberí. O cerca. Vivimos en un país de broma, gobernados por unos dirigentes de chiste y con unos ciudadanos a los que, en su inmensa mayoría, les interesa la cultura lo mismo que a un finlandés los toros. Una masa borreguil orgullosa de ser "española" y analfabeta. Y algunos se preguntan todavía qué clase de país queremos. Criaturas.
Ya te he dicho, Fugitivo querido, que no te acerques a Arturo Pérez Reverte, que luego te sienta mal.
ResponderEliminarLo de David Trueba es predicar en el desierto. España tiene tres salidas: por tierra, mar y aire. Y lo mismo que los arquitectos o los físicos, los cineastas españoles tendrán que emigrar. A este paso, hasta los toreros.
ResponderEliminarAbstraerse de la realidad es la única salida que existe. O movilizarse. Un país que solo menta la cultura para justificar el maltrato animal tiene difícil solución. Yo si fuera joven me daría el piro y no miraría para atrás ni para despedirme.
ResponderEliminarMi frase de hoy: "El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo". Gabriel García Márquez
ResponderEliminarEmigrar....Ya lo había pensado, pero...¿A donde voy? También podíamos mandar al puto infierno a unos cuantos y quedarnos con sus casas, sus mujeres, sus cuentas y cuando empiecen a levantar cabeza o imploren clemencia volver a arruniarles sus vidas y así una tras otra. Yo empezaría por la simpar "Que se jodan" Andre Fabrá y todo su clan.
ResponderEliminarAndrea Fabra que se ponga a la cola. Primero está la inigualable Esperanza Aguirre. Ya podemos decir sin temor a equivocarnos que "los malos han ganado".
EliminarEl mecánico baja el capó mientras te dice que no hay nada que hacer. La cosa se ha jodido. De alguna forma la hemos y la estamos jodiendo, no haciendo, permitiendo que la ‘bajocridad’ triunfe ante nuestras caras. Qué hacemos, qué decir ante el gárrulo/la suelto, a miles por hectárea cuadrada. No hay tregua para tanto feísmo, para tanto descerebrado con mando, para tanto hijo de puta durmiente, que ahora se está despertando desde su hediondo estómago. Y qué hacemos con tantos anormales que acorralados aplican su nada para desfasar más en lo absurdo y cutre. La cosa se ha jodido. Cómo nos defendemos si odiamos el hacha y la esvástica. Mientras lo pensamos, bebamos de ese vino que guardamos para las grandes ocasiones. Gaudium!!
Eliminar"Maleta o pancarta" o, lo que es lo mismo, emigrar o luchar. Nuestra división es su fuerza. Habrá que darles un susto, antes de que sea demasiado tarde.
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