El ángel exterminador

A principios de este mes, y con la excusa de la Berlinale, me di un garbeo por la capital alemana y descubrí un local -sí, se trata de una coctelería- bastante particular. La estética de este tipo de locales suele ser o muy sobrio y elegante o de un diseño extremo, muy fashion. Y claro, luego viene el susto a la hora de pagar. Berlín es otra cosa. La ciudad se ha convertido en el paradigma de lo alternativo, una imagen que se refleja también en sus bares. La coctelería en cuestión se encuentra en el barrio turco y, como la mayoría de locales de la zona, destaca por su escasa iluminación y su decoración desaliñada. Eso sí, los cócteles son excelentes y se pueden acompañar por platos sencillos del recetario alemán e italiano. Como curiosidad -no me preguntéis cómo es posible- se puede fumar dentro del bar y, la razón por la que estuve allí, se llama Würgeengel, el título en alemán de la película "El ángel extreminador", una de las obras maestras de Luis Buñuel. De visita obligada.