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lunes, 30 de noviembre de 2015

Eduardo Sourrouille


Desde chaval he frecuentado el Museo de Bellas Artes, no solo sus salas, también  su biblioteca, tienda, cafetería y cinemateca. Soy amigo del Guggenheim desde su apertura y no me pierdo ninguna exposición de la Sala Rekalde. Conozco donde están todas las galerías privadas de Bilbao pero no las frecuento, soy muy tímido y me da pudor relacionarme con gente extravagante. Bueno, la verdad es que lo que me da pudor es relacionarme, ya sea con gente extrevagante o convencional. A pesar de lo expuesto, a mi me hubiera ocurrido como a la limpiadora del museo de Milán que tiró a la basura una obra de arte creyendo que eran restos de una fiesta. Mi fascinación por el mundo del arte es proporcional a mi desconocimiento, lo que me suele llevar a guardar silencio cuando se trata de opinar sobre exposiciones y artistas. Hoy voy  a romper esa norma y os recomiendo la exposición de Eduardo Sourrouille en Tokio Story, una tienda de muebles y ropa vintage en Ribera de Deusto. Varias obras dispersas en un espacio abigarrado, lleno de muebles y ropa por todas partes, y Eduardo consigue que solo tengas ojos para sus fotografías. Hay que ser muy artista para destacar en el caos. Imprescindible.

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