Hay que ver más series

Hay una secuencia memorable en Breaking Bad en la que el protagonista entra en una lonja, retira un plástico y aparecen montañas de dinero. Saca de una bolsa un insecticida, fumiga el dinero y lo vuelve a cubrir. En la ficción, los delincuentes son profesionales, no dejan ningún resquicio a la improvisación, saben que nadie regala nada. En cambio, en la realidad tenemos unos delincuentes muy torpes, cegados por la impunidad de tantos años. Recordé la escena de "Breaking Bad" la semana pasada, cuando la cadena SER hizo públicas las declaraciones ante el juez de algunos inculpados en la trama Púnica, el caso de corrupción en el que está implicado Francisco Granados, el ex-secretario general del PP madrileño al que Esperanza la cazatalentos puso de vicepresidente de la Comunidad de Madrid. En concreto, pensé en el suegro de Granados y en sus estrambóticas declaraciones sobre un maletín con un millón de euros que la policía había encontrado en un altillo de un armario de su habitación. Se nota que el hombre no es experto en el noble arte de mentir y la inexperiencia le llevó a hacerlo compulsivamente, a una mentira le seguía otra más absurda e inverosímil. Le preguntó el juez por el dinero y el hombre alegó en su defensa que no sabía de la existencia de ningún maletín. Pero no supo parar y se enredó hasta el desvarío. Primero, que igual el maletín lo habían dejado unos fontaneros que habían estado en casa haciendo algunas chapuzas. Después, que igual los de Ikea que montaron los muebles. Al final, ya era imparable, lo remató con un delirante "todo el mundo quería pasar por mi dormitorio". "Le pasa igualito que a Megan Fox", pensaría el juez. Señores y señoras del PP, hay que ver más series...