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jueves, 27 de abril de 2017

Gratitud eterna


Me dice Dana Gardeazabal que escriba algo sobre Jonathan Demme. El anuncio de su muerte ayer la dejó tocada y es que Dana era una de las asiduas al ciclo de películas que Demme programaba dos domingos al mes, con el título "Rare Seen Cinema", en el Jacob Burns Film Center de Nueva York. Un lujo poder ver las películas preferidas del director de "El silencio de los corderos" y comentarlas después con él. Amor al cine, sin duda, el de este señor que fue importante en mi vida joven y que luego se fue diluyendo hasta practicamente desaparecer de mi cabeza. Con "El silencio de los corderos" (1991) se convirtió en uno de los directores más aclamados de Hollywood, estatus que refrendó dos años después con "Filadelfia". Después, su cine fue perdiendo fuerza hasta convertirse en un cineasta errático, autor de un puñado de títulos prescindibles, salvo "La boda de Rachel" (2008), película que ví la semana pasada de casualidad en televisión y que contiene algunas de las esencias de su primer, y mejor, cine, títulos míticos para los jóvenes cinéfilos de aquellos años como "El eslabón del Niágara" (1979), "Algo salvaje" (1986) o "Casada con todos" (1988). Adiós a uno de los cineastas de mi juventud. Gratitud eterna.

"Fue de las personas más cariñosas que he conocido, desbordaba bonhomía. Le conocí en el año 85 del siglo pasado y desde entonces nos hemos visto regularmente en Nueva York, siempre con el mismo entusiasmo y mutua admiración. Fue un director brillante que mereció mejor carrera de la que tuvo. Empezó con Roger Corman dirigiendo una explotation movie muy divertida, Caged Heat. Que yo recuerde hizo cuatro obras maestras Algo salvaje, El silencio de los corderos, La boda de Rachel y uno de los mejores musicales pop que ha dado el género, Stop Making Sense con los Talking Heads. Le vi por última vez en Nueva York a finales del año pasado, fue el moderador de un coloquio que a propósito de Julieta organizó el Director's Guild de América y como todo lo que tocaba convirtió el evento en algo mucho más cálido y emocionante de lo que suelen ser estos encuentros. No creo en las jerarquías angelicales, pero si existen Jonathan Demme fue un verdadero ángel". Pedro Almodóvar, hoy en El País

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