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miércoles, 21 de junio de 2017

Turismofobia

Ayer, una amiga que tiene un bar en la Plaza Nueva de Bilbao se encontró en internet un comentario de un tipo indignado porque en su bar tiene cartas de pintxos y vinos en inglés y francés. "Ya vendrá el invierno...", amenazaba en su comentario el susodicho. Mi amiga le contestó con argumentos irrefutables, como que también tiene cartas en euskera y castellano. Le comenté que no merece la pena enredarse en discusiones estériles y que en la actualidad lo normal es encontrarse con ese tipo de comentarios peregrinos. Se empieza a vislumbrar una tendencia peligrosa respecto al turismo, dos bandos irreconciliables, los que viven de él y los que lo "padecen". Somos muy viscerales con temas que requieren de una información previa y una posterior reflexión para tomar las medidas más adecuadas. A mi los turistas me resultan simpáticos, entre otras cosas porque en breve me voy a ir a otro país, a una de las ciudades más visitadas de Europa, y no quiero que allí me vean con ojos inquisidores. En Bilbao, el mayor problema es la saturación de su casco antiguo, muy pequeño para acoger a tantos visitantes. Trasladar algunos eventos a otras zonas de la ciudad e intentar que el Casco Viejo no pierda su esencia, parece prioritario. Qué modelo de ciudad queremos, es la pregunta a la que deberían responder los responsables municipales. Ya están tardando...

"Cuando viajas, recuerda que los países extranjeros no están diseñados para que te sientas cómodo. Están diseñados para que su propia gente se sienta cómoda". Clifton Fadiman

1 comentario:

  1. El problema es que sobran la mitad...Pero eso pasa desde que Adán consumo con Eva.

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