Mi jefa

Los blogs se leen. Recibo un correo electrónico de mi jefa en el que me felicita por El Fugitivo a pesar de que ella aparece retratada como “una torpe”.  “He puesto mi nombre en google y lo primero que me ha salido es tu blog”, me dice. Mi jefa es concejala de Cultura. Dentro de una semana tendré otro jefe. Espero ser más prudente. Porque los blogs se leen. Sin ir más lejos, el viernes me dijo la persona que me ha comprado el piso: “ya había oído hablar de tu casa antes de ir a la inmobiliaria. Me dijo una amiga que había leído en un blog que se vendía un piso y que me podría interesar y resulta que al final lo he comprado sin saber que se trataba del mismo del que me habló mi amiga”. Atónito me quedé. A uno le hace ilusión que le sigan pero acojona pensar que lo que escriba pueda llegar a sentar mal a alguien. Aunque esa persona sea concejal. También son personas humanas, que dijo aquél. Se me olvidaba, a mi jefa le hizo gracia aparecer como “una torpe”. Al final, cuando se va, descubro que es más lista de lo que pensaba. Aunque estos días vaya por la calle repartiendo rosas. Nadie es perfecto.