Empecé con El Fugitivo por envidia a Eugenio y Alex, que tenían su propio blog. El de Alex tenía fecha de caducidad porque era un divertido diario de rodaje, el de la película “Los crímenes de Oxford”. El de Eugenio se veía claro que había nacido para perdurar en el tiempo. Otros amigos decidieron emprender el mismo viaje y así Gudari me divertía por las mañanas con El Crítico Larrauri y Teddy, con El Cocinero Bloguero. Ahora, cuando llego al trabajo y pincho en estos blogs, y no hay rastro de nuevas andanzas, me entristezco. Se habían convertido en compañeros de correrías. El Fugitivo tenía más sentido caminando junto a ellos. Espero que recapaciten porque mi vida es más entretenida con El Crítico y El Cocinero activos. Y con Cosmopolitana, que llegó la última y nos ridiculiza a los demás con sus estupendas crónicas sobre Nueva York. Un lujo.
Que duro es estar solo en al cumbre...Habrá que solucionarlo.
ResponderEliminarCosmopolitana está en el ciberespacio sólo por recomendación de su psiquiatra que un día le dijo "a ti no te pasa absolutamente nada, tú lo que necesitas es un blog."
ResponderEliminarPor cierto, el día que estos dos subieron al Gorbea hablé con ellos. Gudari andaba sofocado por el esfuerzo de tener que seguirle el ritmo al Cocinero. Se iban a desayunar unos huevos fritos como supongo que manda la tradición, pero ese día no hubo huevos. Decidieron tirarse al chuletón. Creo que lo de la subida al monte fue una simple excusa para ir a comer.
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