Lo antiguo

No voy a deciros que lo que os voy a contar a continuación me parezca trascendental, pero si que me entristece. A mi, como a vosotros, lo que de verdad me preocupa es el mundo de mierda que estamos construyendo, o están edificando a nuestras espaldas. El que se cierre un restaurante, tema de esta entrada, es una anécdota insustancial cuando más de la mitad de la población vive en la pobreza. Pero así somos en occidente, de facil indignar. El otro día descubrí que uno de mis locales favoritos de Bilbao, uno de esos de toda la vida, ha chapado. Mejor, ha cambiado de propietario y, por decirlo de buenas maneras, se ha modernizado. Y, claro, ha perdido todo su carácter. Hablo de La Aldea, uno de mis restaurante favoritos, de apenas 5 mesas, donde he comido algunos de los mejores platos de cuchara de mi vida. La Aldea actual tiene hasta ¡terraza! Espero que Jon Oleaga, el anterior propietario, disfrute de la vida tal y como se merece alguien que ha hecho gozar tanto a sus semejantes. Primero fue el JK, con la tristeza añadida del fallecimiento de Joseba, su último camarero -¡qué gran profesión cuándo se hace bien!-, y ahora La Aldea. Me estoy haciendo mayor. He visto ya demasiados cambios. Me comenta Teddy que también ha cerrado el Gure Kide, anterior Goizeko Kabi, una de las referencias de la alta cocina en Bilbao. Es lo que tiene ser modernos...