Seguidores

martes, 22 de marzo de 2016

Tragedia infinita


Ahora le ha tocado a Bruselas. Antes fue Nueva York, Madrid, Londres, París o Estambul. Nos duele de forma especial porque podríamos ser nosotros. Repito lo que escribí hace menos de cinco meses con motivo de los atentados de París. La misma tragedia infinita, solo cambia el lugar.

Habrá que pasar, aunque sea de puntillas, sin hacer ruido, por respeto a las víctimas, por la tragedia de París. El mundo está loco y habrá que acostumbrarse a vivir con ello. La coraza que nos permite vivir ajenos a las desgracias que suceden a miles de kilómetros se resquebraja y, como un boomerang, la ira y el odio que Occidente ha propagado por tierras lejanas parece que ahora nos puede salpicar también a nosotros. No es nuevo, no es de este viernes, ni de hace un año, lo sabemos desde el 11-S y ya han pasado 14 años desde los atentados de Nueva York. Parece que las recetas empleadas desde entonces, y que serán las que se sigan utilizando per se, promover el caos y responder a la violencia con más violencia, no sirven. Da igual, ya es tarde y, para que engañarse, seguro que los de siempre, de un lado y de otro, sacan provecho de esta locura, de esta tragedia infinita. Mientras tanto, nosotros, y sobre todo ellos, seguiremos poniendo los muertos. No future.

"No se cómo será la tercera guerra mundial, solo se que la cuarta será con piedras y lanzas". Albert Einstein

No hay comentarios:

Publicar un comentario