La pasión, según Pawlikowski

"¿Y no vas a escribir nada de "Cold War"?", me preguntó ayer una amiga. Por si alguien no lo sabe, se trata de la nueva película de Pawel Pawlikowski, después del éxito, Oscar incluido, de "Ida". Hay películas tan grandes que prefiero que sean otros los que opinen sobre ellas. Yo me suelo quedar en lo anecdótico, sin profundizar, y hay ocasiones en las que es mejor medir las palabras y analizar la obra en cuestión con un rigor que en mi caso brilla por su ausencia. Dicho lo anterior, hablar por no callar, "Cold war" me parece la película perfecta: por su dirección, guión, interpretación, fotografía, música,  ambientación, incluso por su duración, algo menos de noventa minutos. Una historia de amor imposible, en plena guerra fría, con el final más triste que uno pueda imaginarse, con varios momentos inolvidables. Pues a pesar de todo ello, las virtudes son tan evidente que es imposible no percibirlas, a mí "Cold war" no me emocionó como me hubiera gustado,  no me arrebató y eché en falta  calor humano, fuego y menos contención. Lo mejor, y que es por lo que creo que Pawlikowski es uno de los grandes cineastas actuales, es la utilización que hace de la elipsis y la elegancia  y el respeto con la que filma las actuaciones musicales, típico folclore de su tierra, algo tan alejado de las élites culturales, y que el director rueda como si se tratara de una obra artística de primer nivel. La película del año.

"No hay más uniones legítimas que las que están gobernadas por una verdadera pasión". Stendhal