A los pies de Oriente

Ayer fue la Closing Party del Singapore Design Festival. Nos reunimos en el Museo de Arte Moderno los que diseñaremos las ciudades inteligentes del 2050, las llamadas smart cities. Al no haber drogas, hay pena capital hasta para el pequeño traficante, parecía una fiesta de Diputación, pero sin corbatas y sin Adolfo. Al terminar el evento nos llevaron a una discoteca de moda, Butter Factory, pero no estaba lo suficientemente borracho para entrar. En la puerta, decenas de niñas con minifalda y taconazo, una tendencia que invade la ciudad. Es como si todas las chicas de Singapore tuvieran de personal shopper a Silvio Berlusconi. Los chicos? Bien, gracias.