Fútbol es fútbol

En El Correo de ayer, el cronista deportivo Jon Agiriano escribió que algunos se niegan a ver lo evidente: la propuesta de equipo grande que quiere imponer Marcelo Bielsa en el Athletic Club de Bilbao. Ayer se expresaba en parecidos términos otro plumilla en Deia. Y parece ser que el maestro Segurola hizo lo mismo el lunes en su chat de Marca. En resumen, que ahora somos nosotros los que marcamos la pauta, sin especular, convencidos de nuestras posibilidades. Desde el minuto uno nos hacemos los dueños de la cancha y que el contrario se las apañe como pueda. El error, en mi opinión, es que se nos quiere transmitir que solamente existe una serie de valores que hacen grande a un equipo, cómo si la Liga fuera una competición exclusivamente deportiva, donde 11 chavalotes se enfrentan otros 11, del mismo barrio, con un pelotón entre medio. Y que gane el mejor. ¡Qué bonito! La realidad, siempre puñetera, puede que eche al traste con este proyecto tan auténtico. Y es que la putada es que el contrario también juega. Y se da cuenta enseguida de que nos creemos lo que no somos. Y se nos ven las carencias. Dios no quiera que hoy el Athletic vuelva con un mal resultado de Bratislava. Tengo miedo de que los palmeros del nuevo orden rojiblanco digan que la culpa es de los resentidos que no sabemos perder elecciones. Por cierto, el día de la elección de Urrutia yo estaba en Cadaqués bebiendo mojitos. Vienen malos tiempos para la crítica.

"Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha". Roberto Fontanarrosa, humorista gráfico y escritor argentino (de Rosario, sin ir más lejos).