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lunes, 12 de diciembre de 2016

Malabaristas del lenguaje


Todo el mundo tiene algún familiar o conocido que es un malabarista del lenguaje. Aquí os he hablado en ocasiones de un amigo que hace virguerías con la lengua, más allá de connotaciones sexuales. Una de sus frases míticas, dentro de una multitud de ellas, es "he regalado a mi sobrino un xenófobo, un aparato de esos que hace música".  Otra cima del contralenguaje fue obra de una amiga un día soleado, aunque la podía haber dicho con lluvia o nieve: "Le hicieron "la estafa de la estampida"". Recuerdo otra joya de uno de estos seres superdotados: "La chica era un burro cardiaco", en lugar de "la chica era un cardo borriquero". Os dejo con la última perla que le he oído a un camarero: "¿Hay algún "ciriaco" en la mesa?". Sobran las palabras.

2 comentarios:

  1. Son seres entrañables que nos hacen pasar buenos ratos.
    A Julián un antiguo compañero de trabajo apodado Camilo (de Camilo José Cela) le gustaban las películas de Cris Bur. (Clint Eastwood)

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