Ya sé que os da igual, pero mis películas españolas favoritas de 2017 son "El bar", de Alex de la Iglesia, "Los del túnel", de Pepón Montero, "Selfie", de Víctor García León, y "Fe de etarras", de Borja Cobeaga. A estas cuatro películas añado dos series de televisión, "El fín de la comedia", de Miguel Esteban, Raúl Navarro e Ignatius Farray, y "Vergüenza", de Juan Cavestany y Fernández Armero. El resto de la producción española se la regalo a los críticos y miembros de la Academia del Cine, gente sesuda que ha apostado por películas que a mi me producen una infinita pereza. A mi lo que me gusta es la comedia, desde la más romántica y convencional hasta la más extrema y absurda. No hay un género que hable mejor de quiénes somos, de nuestros anhelos y de nuestras derrotas. Un país extremo, siempre al borde del abismo, necesita de los cómicos para que las generaciones futuras sepan de dónde vienen y el porqué del mundo de mierda en el que viven. Por cierto, esta mañana casi me abro la cabeza. Me he resbalado en el suelo recien fregado del teatro en el que trabajo y he dado una voltereta por el aire antes de pegarme un golpe con la cabeza en el suelo. Solo me ha visto la chica que estaba fregando el teatro, quien por cierto tenía más cara de susto que yo. Es una pena que no me haya grabado nadie, con los que os hubiérais reído. "La commedia", que diría Ignatius.
"Fernando Galindo, un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo". José Luis López Vázquez en "Atraco a las tres" (José María Forqué, 1962)
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