Regreso al futuro

Sé que no estáis esperando mi análisis de las elecciones de ayer en Cataluña. Es más, estaréis deseando que se me olvide y cuente alguna tontería de esas que me pasan en el metro o en el bar donde tomo el café antes de ir a la oficina. Ya os gustaría. Hoy toca reflexionar sobre lo vivido en la tierra de Salvador Espriu, Manuel Vázquez Montalbán y Pere Pubill i Calaf. Este último igual no os suena, pero es el único de los tres al que conocéis de verdad, el gran Peret. Ayer comprobamos lo que ya sabíamos, que Cataluña está fracturada en dos bloques que parecen irreconciliables, el soberanista y el unionista. Nada nuevo bajo el sol. Volvemos a la casilla de inicio y es imposible vaticinar qué es lo que nos puede deparar el futuro. Unos tienes más escaños y menos votos y los otros, más votos y menos escaños. ¿Cómo solucionar este galimatías? Está claro que no se conseguirá colocando banderas en los balcones, ni declarando la república, ni aplicando el 155. La única solución que veo, sabiendo como se las gastan unos y otros, es armar al pueblo y que gane el que mejor puntería tenga. Cualquier problema tiene su solución.

"Si me dieran la oportunidad de hacer un regalo a la siguiente generación, sería la capacidad de reírse cada cual de sí mismo". Charles M. Schulz