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jueves, 1 de febrero de 2018

Sin medicar


Aviso: voy sin medicar. Hoy es el sexto día sin mi pastilla de las mañanas, un  chute diario que me permite relacionarme sin mucho sobresalto, que me convierte en un ser adaptable, una condición imprescindible para sobrevivir en este desvarío continuo que es el vivir. Pero cada cierto tiempo tengo que tomarme un respiro, dejar que mi cabeza fluya, sin química que la aplaque. En esta situación, lo importante es saber parar antes de que esa viveza mental se transforme en ira. A veces no me doy cuenta y la lío antes de volver a ser una persona de provecho. Ahora, el ir libre de sustancias me sirve para reafirmarme en que esas personas que pienso que son unas imbéciles son unas imbéciles, que no me equivocaba, y es que las drogas no te impiden ver un tonto, solo hacen que no te importe. Mi pastilla de las mañanas me imposibilita a una vida más completa, pero también es la que me convierte en feminista entre feministas o peneuvero entre peneuveros, y que piense que hay que acabar con la heteronormativa aunque no sé muy bien qué es o que pueda decir "como en Euskadi no se vive en ningún sitio" sin que me entre la risa. Lo único que quiero es que me quieran...

"Yo me adhiero siempre a la política de la gente a cuya mesa me siento, o bajo cuyo techo duermo". George Henry Borrow

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