Deterioro

Leo que este viernes se estrena "Sin rodeos", una comedia empoderada de Santiago Segura, la primera película en la que el director de Carabanchel "habla directamente a las mujeres". Será cosa mía, pero tengo la sensación de que el mundo se va al carajo. Y mi mundo, ni te cuento. El domingo viví una situación extraña que con el paso del tiempo me ha empezado a agobiar. Fui con mi hija  a San Mamés a ver al Athletic, uno de sus lugares favoritos. No le gusta el fútbol, le gusta ir a San Mamés a ver al Athletic. Una fiesta para ella, independientemente del resultado, siempre gana. Su otra afición es ir al teatro, pero como es muy difícil que pase desapercibida no lo frecuentamos. Y eso que tengo uno, que diría el otro. En San Mamés, en cambio, mi hija es una más, no desentona rodeada de un público tan sobrio y cultivado. Allí no fuimos los dos, ella con camiseta y bufanda rojiblancas y yo de civil, que no soy yo muy de parafernalia futbolera. Amo el fútbol, a pesar de todo lo que le rodea, pero mi timidez me lleva a optar por la discreción. Bueno, mi timidez y mi elegancia innata, para qué negarlo. A lo que iba, llegamos al campo, nos sentamos y sentí como que estábamos fuera de lugar, no me sonaba la gente de alrededor y noté que Nerea también percibía algo raro, estaba menos eufórica que de costumbre, como dando a entender que no iba a ser como los otros días. Acabó el partido y a la salida me encontré con mi hermano y mi cuñada que me preguntaeon dónde me había metido. Les contesté que en la localidad de siempre, que me había extrañado no verles, ya que tengo mi asiento junto al de ellos. "Vaya dos, no sé dónde habréis estado, pero vuestros asientos han estado vacíos", me dijeron. Me da que como mi deterioro vaya a más, ni teatro ni fútbol, en casa.

"Tenía tan mala memoria que se olvidó de que tenía mala memoria y se acordó de todo". Ramón Gómez de la Serna